Llegar al súper después de levantarte a las 7.00 y currar todo el día arrastrando literal un carrito a reventar de comida y que el chico de la báscula de la fruta te reciba con una sonrisa de oreja a oreja, un agradable buenas tardes, que tal? y te de conversación como si te conociera de toda la vida, deseándote de nuevo buena tarde al marcharte tras pesar amablemente tus 10 bolsitas de cosas....
A mi me ha parecido un momento que poca gente regala hoy en día, la verdad. Olé!
Que mooonito ¡¡¡ ? Y era guapo ?
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