Había una vez una espina, pequeña, con puntitos negros y verdes, redondita, que vivía en un planeta morado muyyy lejos de aquí.
Esta espina un día cogió una escalera y bajó desde ese planeta lejano, lejano, que estaba allí arriba, no aquí si no arriba, eligió y le puso una pegatina a la familia que quería que fuera la suya.
El papa era Óscar, el hermano Adrián y la mama era yo...........:-)
Demasiado!!
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