En los que después de trabajar más de 8 horas en un tartón, sacas fuercitas para hacer la cena, y te vienen dos angelitos caídos del cielo a ayudarte a hacer las bolitas de falafell, son los momentos del día que merecen la pena, ....se me quitó el cansancio y todo.
Gracias a mis pinches, salió riquísimo.
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