...y es que comienzan las fechas navideñas y no entra el modo " a lo loco", a lo loco a celebrar, a lo loco a beber, a lo loco a comer y a lo loco a comprar.
El desparrame y el frenesí navideño nos descontrola los sentidos, ya sea para celebrar o ahogar las penas, pero es que no hay medida.
Y luego así cuesta la cuesta de Enero, por los kilos y porque volver de la locura nunca fue fácil.
Chin-chin!
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