No me extraña que piense tantas veces lo genial que sería poder elegir entre crecer y no crecer.
Quizás si de enanos se nos planteara que lo que viene es difícil pudiéramos elegir no querer crecer, y seguir viviendo eternamente en esa feliz ingenuidad.
O lo mismo seriamos tan curiosos que elegiríamos crecer por saber que es eso que viene.
Sea como sea la cuestión, no está en nuestra mano y al final la vida se nos viene encima y tenemos que lidiar con ella.
Y nos encontramos con esas grandes verdades que a veces no quieres creer.
Y de nuevo nos encontramos con tener que elegir entre querer seguir creyendo o creernos el cuento.
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