Es silencioso, pequeñito, escurridizo y amoroso...y ultimamente más todavía. El lechoncito se cuela sigilosamente entre nosotros dos, como si nadie le viera ni sintiera, y se acopla, cual arrugita más del edredón, en las primeras y frías noches del invierno.
Cada vez viene antes...pequeñajo calentito.
Oye, a mi esto de los momentos en serie no me gusta. ¡ No sabes cual contestar ¡ Me quedo con este, porque hablas de mi nietecillo ¡ Besos al lechoncito y al jefe de la manada Adri el Grande ¡
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