Las mil y una tareas que una tiene que hacer, y las mil y una más en las que yo me meto.
Ayer, alguien que se que me quiere mucho, me decía con cariño, que está fenomenal todo lo que hago, que está fenomenal mi actitud ante las cosas y ante la vida, pero que la imagen llena de energía y voluntad de por las mañanas se convierte en una piltrafilla a las ocho de la tarde, y que igual si eso, debería dejar algo, debería no meterme en tanto....
Y me hizo pensar.
La verdad, lleva razón, yo lo se, pero me cuesta aceptarlo, y creo que no puedo cambiarlo.
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